El origen de la Guerra del Asiento

Guerra de Asiento

La Guerra del Asiento, también conocida como Guerra de la Oreja de Jenkins por los ingleses, fue un conflicto bélico que duraría desde 1739 hasta 1748. Una lucha que enfrentaría, directamente, a las flotas y tropas del Reino de Gran Bretaña y del Reino de España, dos reinos que por aquel entonces contaban con bastante importancia en el viejo continente europeo.

El curioso nombre por el que los ingleses conocen esta guerra, se debe principalmente al episodio que podríamos considerar como origen de la misma. Un episodio que supuso el pretexto ideal para enfrentar a estos dos grandes reinos, y mostrar así cual de los dos era el más fuerte.

Este episodio comienza con el apresamiento por parte de un buque español, de un navío contrabandista inglés. El navío capturado estaba capitaneado por el pirata inglés conocido como Robert Jenkins, encargado de comparecer en la Cámara de los Comunes, en 1738 para contar lo sucedido, como parte de una campaña belicista por parte de la entonces oposición parlamentaria en contra del primer ministro Walpole.

Jenkins contó como el capitán español Juan León Fandiño no sólo se contentaría con apresar su nave, también le cortaría una oreja al tiempo que le decía “ve y di a tu rey que lo mismo le haré si a lo mismo se atreve”. Este hombre acudiría a la cámara con la oreja en un frasco, como prueba indiscutible de la afrenta del español.

Walpole se vería obligado pues a declarar la guerra a España, pues la frase se tomó como una evidente falta de respeto e insulto al monarca inglés. Así, el 23 de octubre de 1739 comenzaría dicha contienda, la cual se libraría mayoritariamente en el área del Caribe.

El final de esta guerra lo marcaría una de las batallas más importantes de la época, la batalla de Cartagena de Indias. Fue, sin lugar a dudas, el episodio que marcaría el final de la guerra, un final que daría la victoria a las fuerzas españolas, aunque contaban con menos hombres y menos flota.

Esta victoria supondría la prolongación de la supremacía militar española en el continente americano hasta el siglo XIX, y en cierto modo un insulto para la flota inglesa, que vería como su fuerza sería derrocada por la inteligencia y estrategia española.

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