Los fantasmas del Castillo de Dunstanburgh
Edificado en un lugar privilegiado, sobre un promontorio frente al mar en la costa de Northumberland, el castillo de Dunstanburgh fue construido por el conde Thomas Plantagenet, segundo conde de Lancaster, en el siglo XIV como protección en su enemistad con el rey Eduardo II, primo suyo, que lo había acusado de traición.
Pero tan impresionante castillo no fue suficiente para defenderlo, y en 1322 el conde fue capturado y ejecutado. Años más tarde, esta fortaleza pasó a manos de Juan de Gante, que emprendió obras importantes para convertirlo en prácticamente inexpugnable, y así pasó luego a sus descendientes.
Tras formar parte de la pugna por el trono de Inglaterra en la Guerra de las dos Rosas (siglo XV), durante la cual quedó bastante dañado, ya entrado el siglo XVI fue abandonado a su suerte. Hoy en día apenas quedan unos muros y parte de sus torres. Así, el que fue uno de los castillos fortificados más grandes del norte de Inglaterra, es ahora sólo un vago recuerdo de su pasado glorioso.
Pero sus ruinas, quizás esperando no caer totalmente en el olvido, siguen en boca de los que por allí pasan. Y es que, según cuentan, son los restos del castillo de Dunstanburgh lugar de encuentro de fantasmas…
Entre las leyendas que rondan el castillo, está la que afirma que el alma torturada del decapitado Thomas Plantagenet sigue vagando por los alrededores con una terrible expresión en su rostro demacrado. Dicen que fueron 11 los hachazos que recibió hasta que su cuerpo murió y que su alma aún no ha superado tal horror.
Otro de los fantasmas que deambulan por este lugar es el de Sir Guy, valeroso caballero que llegó hasta él en el último de sus viajes.
Se cuenta que Sir Guy se refugió entre las ruinas de este castillo en una noche de intensa tormenta. Fue entonces cuando se apareció ante él un espectro de color blanco que le hizo señas para que lo siguiera.
Y así lo hizo. Tras subir por unas escaleras muy estrechas, Sir Guy llegó a una sala en donde encontró a otros muchos caballeros como él, pero dormidos. Pero eso no fue todo. En el centro de la enorme habitación se encontraba una especie de ataúd de cristal dentro del cual yacía una joven muy hermosa. Dos serpientes la cuidaban de cerca, una a cada lado, junto con una espada y un cuerno.
Cuentan que entonces la aparición hizo saber a Sir Guy que estaba en su mano el despertar a tan bella dama, pero que antes tendría que elegir si para ello utilizaba la espada o el cuerno, advirtiéndole de que sólo una era la opción correcta.
Sir Guy, tras pensárselo un momento, cogió el cuerno y sopló. Entonces fueron los caballeros los que se despertaron y se echaron sobre él. Todo comenzó a dar vueltas a su alrededor y, mientras caía en el más profundo de los sueños, oyó, a lo lejos, el eco de una risa burlona.
Cuando volvió en sí, estaba de nuevo en el lugar primero en el que había decidido resguardarse, en lo que un día fue la casa del guarda. Desde ese momento se prometió a sí mismo no abandonar el castillo hasta encontrar de nuevo a la joven dormida y devolverla a la vida.
Y aún sigue allí, buscándola. Dicen que aún se le puede escuchar llamándola entre las ruinas, sobre todo en las noches de intensa tormenta.
El castillo de Dunstanburgh por Joseph Mallard William Turner, 1798-1800
Hoy en día, el castillo de Dunstanburgh se encuentra bajo la guarda y custodia del del English Heritage y es propiedad del National Trust.
Foto Vía: english-heritage.org.uk