Las cabinas rojas, en peligro de extinción
Durante años las típicas cabinas inglesas han sido uno de los signos de identidad de la cultura británica. Todo aquel que viajaba a tierras inglesas se inmortalizaba ante uno de estas instalaciones llamativas de color rojo.
Para muchos era la primera foto que se hacían al llegar a la ciudad de destino, así que era habitual que en la instantánea también apareciese la maleta del viaje. No en vano forman parte del paisaje británico desde que en 1924 las diseñara Gile Gilbert Scott.
Aún recuerdo la emoción con la que vi por primera vez mi cabina inglesa y el chasco que me lleve cuando entré en ella para hacer la típica foto de estar llamando a casa. Después de verlas en tantas películas y series de televisión uno se imagina que las cabinas tienen parte de ese glamour cinematográfico. Nada más lejos de la realidad, al menos en la cantidad de teléfonos públicos que había en los lugares más turísticos.
No sólo es que no se encontraran en buenas condiciones, algunas ni siquiera tenían línea, pero es que su interior dejaba mucho que desear, repletas de carteles publicitarios, toda clase de anuncios y pseudo graffities. Y es que desde hace años ya se veía venir el fin de las cabinas. Debe ser por ello que no se molestaban mucho en su mantenimiento. Si la gente sólo las quiere para hacerse una foto basta conque estén en buenas condiciones en el exterior.
Y es que, al igual que ha ocurrido en España, ya casi nadie utiliza los teléfonos públicos para llamar. En estos tiempos en los que todo el mundo tiene móvil, quien no tiene dos o tres, son muy pocos los que se introducen en un minúsculo habitáculo rojo para llamar por teléfono. Ya es oficial: las cabinas rojas están en peligro de extinción. Si es que la gente ya no compra ni las tarjetas para llamar desde cabinas, sino que hay tarjetas para ahorrar en llamadas internacionales desde el móvil.
En los últimos años se ha podido percibir, especialmente en las grandes ciudades inglesas, sobre todo Londres, como el número de cabinas ha descendido considerablemente. British Telecom, la empresa propietaria de las cabinas, ha optado por no renovar buena parte de las que se estropean. De este modo, a nadie se le pasa que en unos cuantos años habrán desaparecido todos. Además, ha aparecido un nuevo modelo en el que estos habitáculos cambian su mítico color rojo por un azul oscuro.
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Foto Vía NataliaRomay