Tras los pasos de Los Crímenes de Oxford
No sé si es que Inglaterra, y el Reino Unido en general, es uno de los países en los que más películas se han rodado a lo largo de toda la historia del cine o es que es de las localizaciones que eligen son más fáciles de identificar después por quienes las visitan. Sea por una razón o por otra es un placer hacer viajes por lugares que, previamente, has visto en películas. Además, en el caso que nos ocupa hoy, lo cierto es que la realidad supera a la ficción en la mayor parte de los casos.
En anteriores ocasiones ya os hemos hablado de la relación que existe entre Harry Potter y Oxford, pero hoy vamos a centrarnos en otra película, ligeramente más actual. Es el caso de Los crímenes de Oxford. En el caso de la primera de las cintas lo cierto es que los escenarios son de por sí bonitos, pero se transformaron en estancias que nada tienen que ver con las auténticas y pueden dar lugar a equívocos. Sin embargo, en la película de Álex de la Iglesia la ciudad universitaria se muestra en todo su esplendor porque es, precisamente, eso lo que se buscaba.
Martin, el estudiante al que da vida Elijah Wood, recorre algunos de los principales rincones del casco antiguo de Oxford, así como otros muchos que están más escondidos del común de los visitantes. Aún así, algunos escenarios claves de la película el turista los reconoce rápidamente y de un primer vistazo, básicamente porque se puede dar con ellos de bruces. Es el caso de un pequeño puente, que se hizo siglos atrás pretendiendo que fuera una réplica del de los Suspiros de Venecia. Lo cierto es que, como se suele decir, las comparaciones son odiosas, pero al verlo se reconoce claramente que por allí pasaban los protagonistas de la película de Álex de la Iglesia.
Lo mismo ocurre con algunos callejones escondidos que unen unos edificios históricos con otros y por los que Martin huía en su bicicleta a toda velocidad y casi en la absoluta oscurida de la noche. Yo caminé por allí a plena luz del día, pero la sensación de agonía era bastante similar. Los exteriores de algunos de los colleges más famosos de la ciudad universitaria, el teatro Sheldonian o la biblioteca Bodleian son algunos de los lugares que aparecen en la cinta y que son fáciles reconocibles para quienes la hayan visto. Una recomendación: no os quedéis solo en la fachada, entrar a conocer el interior de estos edificios.