Stanmer Park, el pueblo escondido en Brighton
A cincuenta minutos de Londres, en el condado de East Sussex permaneció oculto un pueblo entero durante más de dos siglos. Era el año 1947 cuando el Consejo de la ciudad de Brighton compró las 200 hectáreas que hoy conforman el Stanmer Park. Habían pasado más de doscientos años para que el pueblo volviera a tener lo que es del pueblo.
La historia es que hacia el año ochocientos, el que fuera el Rey de Sussex por ese entonces donó estas tierras al obispado de Canterbury. Lo que era privado se volvió público y así se mantuvo durante ocho siglos. Hacia el siglo dieciocho, la monarquía volvió a usurpar estas tierras y así fueron pasando los años, de mano en mano, de obispo en obispo, de monarca en monarca y de noble en noble, hasta su final adquisición por parte del estado. Entonces lo que fue privado, público, privado, fue finalmente público.
Allí, escondido en el centro de este parque inmenso y de un verde increíblemente luminoso, hay un pueblo entero, abandonado, o privado más bien, petrificado desde hace más de doscientos años y por el que hoy se puede caminar, increíblemente, más de doscientos años después.
Hay que visitar la majestuosa Stanmer House, una casa señorial del siglo XVIII en la que hoy se celebran principalmente bodas, pero también se realizan charlas, conferencias y todo tipo de eventos. Hay que caminar por todos los rincones de este pueblo irónicamente privado durante incontables años. Hay que detenerse en la iglesia construida por el 1830, destruida y reconstruida otra vez.
Todavía suenan sus antiguas campanas originales del 1800 en sus alrededores donde están las sepulturas de la familia Pelham, numerosas casas de esos tiempos y ruedas de carretas corroídas o enmohecidas. Hay que recorrer el importante vivero ubicado en el interior de este parque. Hay que sentarse a tomar algo o comer en la cafetería que se encuentra allí, el servicio es tan completo como un restaurante y además se puede contratar un guía que te llevará a conocer los senderos más recónditos del parque entre los que está el espeluznante camino de los murciélagos. Hay que pasear largas horas por estos jardines y estos bosques, durante siglos un privilegio de pocos, hoy dignamente devuelto al pueblo.
Foto Vía: opera