Oxford y las bicicletas

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Su universidad, sus edificios históricos o el río Támesis son algunos de los elementos más característicos por todos de Oxford. Sin embargo, una vez llegas a esta ciudad inglesa, que en realidad es mucho más grande de lo que aparenta a simple vista, uno siente que ser ha equivocado de país y se encuentra en plena carrera del Tour de Francia.

Oxford es una ciudad de estudiantes, principalmente, y estos no tienen coche, por lo que el medio más utilizado para desplazarse es la bicicleta. Además, en la zona universitaria los coches tienen prácticamente prohibida la entrada, al tratarse de un casco histórico relevante, por lo que los vehículos de dos ruedas son los más adecuados para moverse de un lugar a otro y acabarán siendo tan conocidos como las regatas de Oxford en las que compiten contra Cambridge.

Desde que pones un pie en la estación de tren de Oxford (excursiones desde Londres se pueden hacer fácilmente tanto en tren como en autobús, pero el primero es mucho más rápido y te evitas posibles atascos) las bicicletas se convierten en una parte importante del paisaje. La gente viaja con ellas en el tren, dada la cantidad de ellas que circulan por la calle apenas dejan ver a los coches que hay (la red de autobuses públicos de Oxford es grande) o están aparcadas en plena calle, apoyadas en una verja o en una farola. Además, los colleges tienen ante sus puertas aparcamientos especiales para estos vehículos.

Ante una imagen como esta al visitante le entran ganas también de coger una bicileta y recorrer las callejuelas de la zona antigua de la ciudad sobre dos ruedas y realizar alguna parada para visitar Radcliffe Camera o The Sheldonian Theatre o pararse sobre el Magdalen Bridge para contemplar las vistas del río Támesis. Sin embargo, salvo que se haya llevado su propia bicicleta o conozca a alguien que se la preste durante un rato no podrá hacerlo ya que, de momento, no hay ninguna empresa dedicada al alquiler, por horas o días, de estos vehículos en la localidad universitaria. Y eso a pesar de la cantidad de turistas que reciben a diario.

El intachable comportamiento de los ingleses se manifiesta en que apenas se roban bicicletas en Oxford. Se suelen atar con cadenas, pero es raro ver que el dueño le quite una rueda cuando la estaciona en plena calle para evitar que se la roben, tal y como ocurre en España. Otra de las curiosidades de estas bicicletas es el mal estado en el que muchas de ellas se conservan. No es que estén descuidadas, pero teniendo en cuenta que duermen a la intemperie y lo mucho que llueve en Oxford es inevitable que permanezcan intactas y, lo más habitual, es que tengan la cadena o los guardabarros oxidados. Si no es así no cabe duda de que acaba de ser recién comprada y que permanecerá poco tiempo en ese buen estado de conservación.

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3 comentarios

  1. bertha olivia valencia dice:

    el año pasado estube en oxford y quede maravillada que hermosura todo me encanto de mil amores bolberia pero vivo super lejos pero algun dia

  2. Oscar Martinez dice:

    Hola, buenas tardes.

    Les escribo por que voy a viajar a oxford a estudiar 3 meses y me gustaría conocer un poco sobre a ciudad, que poder conocer, como trabajar, etc.

    Espero sus comentarios.

  3. Javier Gomez dice:

    Buenos días, Oscar:

    Te puedo dejar un par de enlaces que creo te serán muy útiles. El primero te muestra todo lo que hasta la fecha hemos escrito sobre la ciudad, mientras que el segundo es una guía turística de Oxford.

    Espero que te sean útiles.

    https://sobreinglaterra.com/category/oxford/
    https://sobreinglaterra.com/2009/11/26/viaje-a-oxford-guia-de-turismo/

    Un saludo.

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