La leyenda de los cuervos de la Torre de Londres
La Torre de Londres es una de las instalaciones más imponentes de cuantas puedes visitarse en la capital inglesa y si uno acude a la ciudad no puede renunciar a esta visita, aunque sea para disfrutar de las vistas del puente de Londres.
Además de su arquitectura, los siglos de historia que han pasado por sus muros hacen que la Torre albergue numerosas leyendas e historias oscuras que no se han esclarecido. Una de las más curiosas es la que durante años y años se ha transmitido y que tiene que ver con los seis cuervos que se alojan en el jardín de la Torre Blanca. Cuando uno los ve por primera vez le llama la atención lo bien alimentados que están, al menos con los que se suelen encontrar en otros lugares del mundo. Y no es para menos, de ello depende todo un país.
Fue en el siglo XVIII cuando comenzó la historia de estos peculiares animales. Desde entonces se les empezó a alimentar con carne y una jarra de cerveza diaria. El objetivo de esta peculiar dieta, todo un lujo para aquella época, no era otro que el de mantener bien alimentadas, al tiempo que contentas, a estas aves.
Y es que, según cuenta la leyenda, son ellos los que mantienen en pie la Torre Blanca y, en el momento en que desaparezcan, el edificio se caerá como metáfora de lo que ocurrirá con la monarquía británica. Aunque no se ha comprobado si esta teoría es cierta o no, la Torre sobrevivió al espectacular incendio de 1666 que asoló la ciudad.
Ante esta amenaza no es de extrañar que sean cuidados con gran esmero y que, incluso, los beefeaters les corten las alas para que ni siquiera intenten volar lejos de la torre y pongan en peligro su sistema político. Además, se han convertido en un símbolo del país ya que, los seis cuervos que habitan actualmente allí han sido bautizados. Se trata de Munin, Branwen, Thor, Hugine, Baldrick y Gwyllum.
Las condiciones que rigen su mantenimiento en la Torre de Londres están determinadas por un decreto real, que firmó , dado el miedo que tenía a que acabara cumpliéndose la profecía. No parece ser el único ya que, hace unos años, cuando se propagó la gripe aviar en el Reino Unido, los ejemplares que había en la Torre fueron vacunados para evitar que enfermaran.
Por otra parte, los cuervos tienen una vida media de 25 años, no son inmortales, así que una vez que mueren son sustituidos por nuevos ejemplares salvajes. Lo curioso sería que todos fallecieran al mismo tiempo… entonces podría llegar a comprobarse si es cierto lo que dice la profecía.
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