Lo mejor del Museo Británico de Londres
Una visita al Museo Británico de Londres no estaría completa sin ver algunas de las exposiciones más destacadas que se pueden contemplar en las galerías griegas y egipcias, algunas de las cuales se exhiben en la conocida Biblioteca de los Reyes.
La mayoría de las colecciones de la planta baja del Museo Británico se encuentran a la izquierda de la entrada. Su impresionante techo de vidrio y acero nos conducirá a la habitación 4. Allí la colección egipcia alberga sarcófagos de piedra y estatuas de dioses, quizás de las piezas más interesantes del museo, las primeras precisamente que veréis nada más entrar.
Durante siglos, la lengua egipcia era ilegible para los estudiosos modernos. Sin embargo, el descubrimiento de la Piedra Rosetta, que podemos ver en este área del Museo Británico, por el ejército de Napoleón en 1799, cambió el curso de esta historia. Inscrita en esta piedra se halla un decreto relativo al joven rey Ptolomeo V. Pero la importancia del decreto es que está escrito en tres idiomas diferentes: jeroglífico, demótico y griego.
Dado que el texto se puede leer en griego, es posible traducir los jeroglíficos. El científico inglés, Thomas Young, fue el primero en hacerlo, pero fue Champollion quien se dio cuenta de que cada imagen representaba una palabra para los egipcios. El descubrimiento de la Piedra Rosetta, por tanto, dio lugar a una mayor comprensión de la antigua civilización egipcia.
Continuando recto se llega a la habitación 18, que contiene la colección de esculturas del Partenón del museo. Como sabéis, el Partenón es un templo griego construido en la Acrópolis de Atenas y dedicado a la diosa Atenea. Se trata más bien de estatuas parciales de los dioses, así como escenas de la batalla entre los Centauros y los Lapines. Sin embargo, la joya de la colección es el Friso de Panatenea.
El friso muestra una celebración que se llevaba a cabo cada cuatro años en Atenas, haciendo sacrificios a Atenea. Las tallas muestran a gente montando a caballo y en carros, junto con el ganado y las vasijas con los vinos que se llevaron para el sacrificio.
En el lado opuesto del atrio, en la Sala 1, se expone una muestra dedicada a la Ilustración. Separadas las piezas en artes y ciencias, hay libros, fósiles y estatuas, junto con cerámica y metal. También podemos visitar la biblioteca del rey Jorge III, que su hijo Jorge IV donó al museo. Sin embargo, temporalmente, los libros se exponen en la biblioteca de la Cámara de los Comunes. Sin embargo, en el museo aún se conservan una gran cantidad de volúmenes de ciencia, historia y literatura.
No dejéis de acercaros a este Museo Británico. Es el placer de disfrutar de una auténtica visita histórica.