Murales en el metro de Londres

Londres es una ciudad antigua y moderna a la vez, que me gusta mucho. No puedo decir lo mismo de los ingleses pero en fin, que su ciudad capital tiene un estilo único en su arquitectura, su moda, música y el arte y la historia que están presentes en todas las esquinas, así que no puedo objetar casi nada… salvo que es una de las ciudades más caras de Europa y al turista todo le duele un poco más.

Siempre me han gustado los metros y creo que estando en cualquier ciudad del mundo debemos viajar en metro para de alguna forma meternos bajo la pie de las metrópolis. El metro de Nueva York es fantástico y casi nos sentimos en una película de tanto que lo hemos visto en filmes, el de Moscú es una obra de arte y la línea A del de Buenos Aires (la más antigua de América Latina, de comienzos de siglo) es un viaje en el tiempo con sus vagones de madera, luces suaves y puertas semiautomáticas.

Bueno, el metro de Londres también es genial y aquí he podido ver una tremenda colección de murales. Los murales no son nuevos en los túneles del metro, están en Moscú y en México DF, por ejemplo, pero siguen asombrándome cada vez que los veo.

Me parece genial que estén bajo tierra, dándole color y vida a unos túneles que de otra forma serían arterias aburridas que transportan miles de cabezas de ganado a sus trabajos. Las estaciones de metro, como los aeropuertos o demás terminales son lugares de paso o no-lugares, sitios donde nadie se relaciona con nadie, pero que haya arte en ellos empieza a dotar estos sitios de otro significado, ¿no es verdad?

Bien, que en el metro de Londres entonces hay murales para todos los gustos, modernos y coloridos, de estilo antiguo como este que está más abajo en uno de los baños, con estilo geométrico y colores Kandisnki en la estación Tottenham Court Road o este otro con dibujos de estilo medieval en Charing Cross.

Una obra de arte en cada estación, un dibujo que nos hace olvidar otras preocupaciones mientras caminamos rumbo a o alejándonos de ellas. Un suspiro, una bocanada de aire fresco cuando el embotamiento de los túneles comienza a ser muy monótono.