El Castillo de Bolingbroke, corazón de la calma
Después de visitar algunos lugares que me dejaron una huella imperecedera, tengo la sensación de haber nacido cientos de años más tarde. Y eso que la vida en el 2009 tiene sus ventajas, ya sea con las nuevas tecnologías, la medicina, y otros aspectos que hacen la vida más asequible y cómoda.
Aún así, hay algo en mí que me llama a una vida más simple, más relajada y tranquila. Un ambiente menos estresante, agitado, un ritmo más cómodo. Si hubiera llegado a este planeta antes de la invención del correo electrónico, antes de Internet, o antes de que hubiera sonado el primer teléfono, quizás la vida hubiera sido más sencilla y relajante.
Todo esto se puede apreciar en la gran cantidad de castillos, iglesias y otros viejos edificios semi derrumbados que nos podemos encontrar en Inglaterra. Cada vez que uno visita las ruinas románticas de algún lugar, estoy convencido que una poderosa sensación de estar rodeado de siglos e historias os llenará el cuerpo.
Todo esto me vino a la cabeza cuando tuve la oportunidad, hace pocas fechas, de visitar el Castillo de Bolingbroke.
Este castillo se puede encontrar en Old Bolingbroke, un maravilloso pueblo situado entre Spilsby y Horncastle. Aparentemente el nombre de Bolingbroke es sajón y significa «la casa del arroyo de Bulla». La construcción de este castillo dotó de importancia al pueblo, aunque lo que lo hizo verdaderamente famoso fue el nacimiento, en este lugar, de Enrique IV en 1366.
El castillo fue fundado por el Conde de Chester casi 800 años atrás, y aunque hoy sus paredes están casi desmoronadas por completo, en su día debió ser un lugar de un aspecto impresionante. Llegó a tener cinco torres y una enorme puerta de entrada, y estaba rodeado por un muro de casi tres metros de espesor. Este muro a su vez estaba rodeado por un foso.
Sus impresionantes defensas se pusieron a prueba en 1643 durante la Guerra Civil inglesa, y en 1652 sufrieron graves daños por las tropas de Cromwell. A lo largo de los años, el Castillo de Bolingbroke fue cayendo en el olvido, hasta que desde 1900 tan sólo podemos apreciar sus románticas ruinas. Sin embargo, desde 1960 el Ministerio inglés ha logrado proteger el lugar para que hoy podamos apreciar parte de la fortaleza.
Podéis pasar una hora maravillosa paseando y descubriendo uno de los lugares más relajantes y encantadores de Inglaterra. Realmente la sensación de calma eterna os atravesará los sentidos.
La entrada al Castillo es gratuita, así que aprovechar la oportunidad mágica que se os presenta.