Abadía de Haughmond, ruinas en Shrewsbury
Los magníficos restos de la abadía agustina de Haughmond, fundada por William Fitzalan en el 1135, ocupan un hermoso escenario en una colina a muy corta distancia de Shrewsbury. Su construcción duró unos 50 años, aunque su iglesia fue ampliada con el paso de los siglos. Ya en época de Enrique VIII pasó a manos privadas, usándola como vivienda.
Las ruinas son impresionantes, allá sobre el césped verde. Los antiguos edificios de piedra gris producen un efecto sorprendente en el paisaje. Los restos de la catedral, con sus ventanas, aparecen como una elegante casa de campo, que la verdad, en poco nos recuerdan lo que fue en su momento.
Tal vez el edificio más impresionante sea la Sala Capitular, del siglo XII, con su puerta normanda y una serie de tallas de santos en sus recovecos. Estos santos se creen que son San Agustín, San Thomas Becket, San Miguel, San Winifredo, San Juan Bautista, Santa Catalina, San Juan Evangelista y Santa Margarita de Antioquía.
Esta Sala Capitular habría sido el centro de poder de la abadía, utilizada para discutir asuntos religiosos y de negocios relacionados con el funcionamiento interno de la comunidad. Hoy en día nos muestra una fuente octogonal, apartada de la iglesia, y una serie de lápidas. En el extremo norte se hallan los cimientos de una antigua iglesia, lo que nos da a entender que en el pasado pudo haber aquí una edificación importante.
Aparte de las maravillosas ruinas de la abadía, los visitantes podemos observar la parte de la colina conocida como Douglas’s Leap, famosa por ser el lugar en el que el Señor de Douglas, al huir en su caballo de la batalla de Shrewsbury, cayó en manos de los hombres de Enrique IV. La batalla tuvo lugar a pocos pasos de la abadía en 1403. El campo de batalla es venerado como un lugar histórico.