Minster Lovell, el amor por la tranquilidad
Algunos de los pueblos más pintorescos y bonitos que nos podemos encontrar son los que sitúan en la zona de Costwolds, al oeste de Londres, entre las agujas de Oxford y Gloucester. A poco más de una hora en coche del aeropuerto de Heathrow, a lo largo de la autopista M-40, nos encontramos con Minster Lovell, uno de esos típicos pueblos ingleses con casas pintorescas y clásicos jardines que, en primavera, se llenan de flores de colores.
Hay un viejo pub en el pueblo situado en el cruce de dos sinuosos caminos en los que pasan muy pocos automóviles. A su lado, un viejo molino que aún hace un poco de esfuerzo sobre el pequeño río que fluye a sus pies, rodeado de bancos y de un verde que nos parecerá casi inusual.
A través de la estrecha carretera veremos este pueblo, con su iglesia del siglo XIV, muy bien conservada, aunque muy silenciosa. Su interior respira una paz francamente apreciable, y veremos tumbas antiguas que, curiosamente, siempre están llenas de flores frescas y de vivos colores. Detrás de la iglesia se encuentran las ruinas de lo que fue en su tiempo el ayuntamiento de Minster Lovell, un lugar en donde en ocasiones llegaron a cenar reyes ingleses.
Este pueblo, pintoresco y antiguo, es un lugar ideal para pasar un par de días, descansando y relajándonos. Largos paseos al aire libre para ver lo más típico y granado del paisaje inglés. O bien, una tarde tranquila sentado en alguno de los jardines del pueblo, bebiendo una buena pinta de cerveza o un vaso de sidra, escuchando el canto de los pájaros en los árboles, tomando el sol que, por estas zonas, ya sabemos que es muy agradable.
Hay un pequeño hotel en Minster Lovell que nos puede ofrecer un cómodo alojamiento, que nos puede salir por unas 30 libras alojamiento y desayuno. Se pueden hacer excursiones a lugares cercanos como Oxford, Stratford-upon-Avon.
Es el mejor lugar para iniciar nuestras vacaciones en Inglaterra. Relajación, tranquilidad, bellos paisajes a nuestro alrededor. La solución más preciada para los que vivimos quizás un poco con el estrés en los talones.