Fin de semana en Londres, continua la guia util
Sigamos con el plan para el sábado por dónde lo dejamos, justo después del picnic en Hyde Park:
Después de esta comida campestre en medio de la urbe, podéis salir del parque por la zona de Knightsbridge y visitar los archiconocidos almacenes Harrods, un auténtico festival para los sentidos y para vuestra tarjeta de crédito, dónde encontrareis prácticamente de todo. Si no tenéis suficiente con esta dosis de compras o si preferís algo más exterior, no dudéis en tomar el metro hasta Oxford Circus y recorreros de arriba a abajo Carnaby Street, otro hito del Shopping londinense.
Tras soltar las compras y para entrar en una dinámica menos bulliciosa y algo más cultural, podéis cruzar el Tamesis hasta Bankside, la zona dónde se encuentra una de las “mecas” del arte moderno, la galería Tate Modern, cuya exposición permanente es de entrada gratuita.
Si lo preferís, otras buenas opciones culturales serían visitar la National Gallery en Trafalgar Square o acercaros al West End, el distrito de los teatros, en el que podréis disfrutar de los mejores musicales y obras del momento. Si os habéis decantado por la visita a la Tate, no dudéis en regresar a la otra orilla atravesando el puente conocido cómo The Millenium Bridge, hasta llegar a la imponente catedral de St. Paul.
Desde ahí y para variar un poco, (a pesar de que recorrer Londres en metro a mi me parece casi otro atractivo más de la ciudad), podéis coger un típico autobús de dos pisos hasta Piccadilly Circus, culminación del bullicio londinense dónde decenas de pantallas multicolor y neones varios iluminarán vuestros pasos. Allí las opciones para cenar vuelven a ser de lo más diversas.
Si tantas compras, visitas y ajetreo os han dejado el estómago tan vacío cómo los bolsillos, la enorme variedad de restaurantes que ofrecen comida asiática en esta zona serán una buena solución, si no sois demasiado delicados, claro. Por ejemplo, los vegetarianos u omnívoros amantes de las verduras y la pasta podéis acercaros al Tai Buffet de Greek Street; ésta cadena ofrece un amplio buffet de platos vegetarianos y veganos de estilo tailándés y chino (más unos pocos que incluyen carne o pescado) por unas 6 libras (7,5 euros aproximadamente).
Pero si durante el día habéis ido “trapicheando” con la comida y queréis daros el gustazo de una cena de mayor nivel, nada mejor que disfrutarla en uno de los elegantes restaurantes de Covent Garden, otro de los lugares de visita prácticamente obligada dónde no os faltarán alicientes para completar una fantástica noche. Aquí encontrareis algunos de los clubs más selectos de la ciudad cómo por ejemplo el conocido The Gardening.
– DOMINGO, 10:00h:
El domingo es un día de descanso también en Inglaterra, así que teniendo en cuenta esto y que el sábado prácticamente no estuvisteis quietos, hoy quizás os merecéis dormir un poquito más y un plan un poco más relajado. Tras el desayuno, que hoy con toda probabilidad tomareis fuera del hotel, podéis despejaros subiendo al London Eye, la gran noria desde la cual prácticamente dominareis la ciudad entera y posiblemente identifiquéis a vista de pájaro algunos de los lugares que hayáis visitado el día anterior.
Podéis continuar la jornada tomando el metro hasta Maida Vale, dónde tenéis pendiente un fantástico paseo dominical, ésta vez desde allí hasta el pintoresco barrio de Camden, siguiendo a pie o en barco los sinuosos canales que atraviesan otro parque mítico, Regents Park, y que forman el entramado de “riachuelos” conocido cómo Little Venice. Camden merece que le dediquéis cierto tiempo. Perdeos por sus singulares tiendas y mercadillos, muchos de ellos abiertos a pesar del día de la semana en que nos encontramos. Dejaos contagiar por la mezcla de estilos y culturas de sus habitantes y relajaos tomando una buena pinta.
El tiempo se agota y probablemente queráis aprovecharlo al máximo. Dejad a un lado los prejuicios y ganadle unos minutos al reloj comprando un tradicional cucurucho de Fish and Chips en un puesto callejero.
Luego, desde Camden podéis volver a introduciros en el “tube” (el metro) y emerger en la estación Notting Hill Gate, que como su propio nombre indica es la puerta de entrada al cinematográfico barrio de Notting Hill. Un simple paseo por Portobello Road os permitirá conocer la incomparable personalidad de este barrio.
Si bajáis hasta Kengsinton, acercaos a Holland Park, un auténtico oasis con jardines japoneses, encantadores estanques e incluso pavos reales, que cuenta también con su propio teatro y con un cine muy especial llamado The Electric, dónde normalmente se proyectan películas un tanto alejadas de los circuitos más comerciales, en un entorno excepcional.
Culminad con una merienda-cena en una acogedora cafetería de Kengsinton o Chelsea e intentad programar vuestro traslado al aeropuerto sin demasiada nostalgia, porque el viaje toca a su fin.